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Opinión 15/02/2021

ANTE LA MUERTE DEL EX PRESIDENTE CARLOS MENEM

Lxs trabajadores de las telecomunicaciones fuimos víctimas del proceso privatizador llevado adelante por el Menemismo. El emblemático conflicto contra la privatización de ENTel en 1990, del que orgullosamente fuimos parte muchos compañeros y compañeras que actualmente integramos la Agrupación Frente Telefónico junto a miles de trabajadorxs, fue la primera muestra de la destrucción del Estado de Bienestar acuñado por el Peronismo desde los años '40 y resistente pese a bombas, fusilamientos y detenidos desaparecidos.

La construcción de una ENTel ineficiente y vaciada por las sucesivas administraciones -Maria Julia mediante- con el fin de justificar su venta y la llegada de inversiones extranjeras para la modernización en las comunicaciones, fue el asentamiento del giro de divisas al exterior y un servicio que lidera desde hace años todos los rankings de quejas de los usuarios, incluidas las implicancias directas que tuvieron en los años subsiguientes con pérdida de derechos laborales y fuentes de trabajo, comenzadas a detener y revertir hacia fines de los 90 y sobre todo desde 2003.

La implementación del Consenso de Washington por parte del Gobierno de Carlos Menem implicó la instrumentación de medidas que llevaron a la enajenación del patrimonio nacional, la concentración económica, la financiarización de la economía, la destrucción del aparato productivo y un país para pocos "consumidores individuales" y millones de excluidos. La ficción del 1 a 1 que permitió inicialmente terminar con la hiperinflación, por otro lado instauró junto al endeudamiento externo y el esquema bimonetario -sostener los pesos emitidos por dólares en reservas del Banco Central-, un ajuste permanente sobre las cuentas fiscales que llevó al incremento de la desocupación y la pérdida de poder adquisitivo de jubilaciones y salarios.

Más temprano que tarde los mismos beneficiarios de esa estabilidad cambiaria también vieron diluidas sus ilusiones ante un modelo de acumulación que no los contaba sino como meros espectadores.

En nombre de la modernidad y la inclusión en el primer mundo (financiero), el Menemismo superó el récord de toma de deuda externa que había tenido la Dictadura Cívico-Militar de 1976-1983, solo recientemente superado por el Gobierno de Macri.

Como consecuencia, dejó el país con un 18% de desocupación, miseria y exclusión social.

La última actuación pública significativa de Menem, huyendo de un Ballotage en el que hubiera sido duramente derrotado por el compañero Néstor Kirchner, marcó la decadencia y el balance mayoritario de un pueblo sobre sus gestiones de gobierno.

Muchos de los problemas estructurales iniciados en tiempos de la última Dictadura Cívico Militar fueron profundizados en la Década del '90 y otros tantos se iniciaron en dicho período.

Como continuidad histórica del ciclo dictatorial, al modelo neoliberal en lo económico se le sumó una institucionalidad consagratoria de la impunidad con los indultos a los genocidas, las reformas que degradaron el sistema de justicia y una simbología cultural en el culto al individualismo y el sálvese quien pueda.

Es tiempo de que desde el campo popular, las organizaciones políticas, sindicales y sociales reparemos ese daño que causaron los Gobiernos de Carlos Menem.

FRENTE TELEFÓNICO Agrupación de Trabajadorxs de las Telecomunicaciones en FOETRA Sindicato Buenos Aires

 

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